Gracias a las antenas, las mariposas monarcas consiguen orientarse en el camino migratorio, según un grupo de neurobiólogos de la Universidad de Massachusetts.
Hace tiempo que los científicos saben que utilizan la posición del Sol para saber hacia dónde tienen que ir esas mariposas. De hecho, tienen una especie de reloj que se va adaptando a lo largo del día para que el movimiento del Sol no afecte a la orientación.
Hasta ahora se pensaba que ese reloj estaba en el cerebro, como el reloj que regula los ciclos a lo largo del día, o los ciclos circadianos. Sin embargo, los científicos de Massachusetts han demostrado experimentalmente que no en el cerebro tienen en las antenas el sistema para determinar el rumbo del viaje.
Los experimentos llevados a cabo consistieron, en primer lugar, en cortar antenas a unas mariposas y en estudiar su comportamiento. Vieron que perdieron toda la orientación y que tomaron las direcciones elegidas al azar para volar.
Posteriormente, en lugar de cortarlas, pintaron las antenas con esmaltes: unos con esmaltes negros opacos y otros con esmaltes claros. Así, si el reloj que seguía el movimiento del Sol estaba en las antenas, sólo las mariposas que tenían las antenas pintadas de negro perderían su capacidad de orientación. Y así ocurrió.