Un grupo de astrónomos internacionales ha anunciado que en la revista The Astrophysical Journal Letters, en una zona alejada del centro de la Vía Láctea y a 26.000 años-luz de la Tierra, han descubierto una molécula relacionada con el origen de la vida.
Precisamente gracias al radiotelescopio IRAM situado en los Alpes, se ha detectado un glicol aldehído en la zona G31.41+0.31. El glicol aldehído es un monosacárido que, unido a otros, forma moléculas más complejas como la ribosa. La ribosa es un componente básico del ARN.
Hasta el momento, los astrónomos han detectado más moléculas orgánicas, pero todas ellas en el centro de la Vía Láctea. Esta es la primera vez que la encuentran fuera de ella y, según los astrónomos, esto es importante por dos motivos. Por un lado, en el centro de la Vía Láctea hay una gran radiación que reduce las posibilidades de generación de vida. Sin embargo, el G31.41+0.31 se encuentra lejos del centro, por lo que si se iniciaran procesos biológicos tendrían más posibilidades de avanzar. Por otro lado, el elevado número de glicol aldehído encontrado hace pensar que esta molécula es habitual en las zonas en las que se están produciendo estrellas.
Aunque existe un amplio margen de generación de vida a partir de la formación de moléculas orgánicas, algunos creen que este descubrimiento refuerza la hipótesis de que la vida en la Tierra provenía del espacio.