El médico francés Paul Broca estudió los cerebros de dos pacientes con problemas de lenguaje en el siglo XIX. En el siglo XX. Vio que en la zona frontal, en la parte izquierda, ambos tenían problema. A partir de entonces, la parte inferior del lóbulo izquierdo se denomina área de Broca y se considera zona de lenguaje. Si se produce una lesión, se deteriora la capacidad de hablar.
El médico Broca metió ambos cerebros en alcohol y los guardó en un museo de París. Nina Dronkers y sus compañeros de trabajo de un centro de investigación de California (EEUU) han obtenido imágenes mediante resonancia magnética de dos cerebros del museo de París. Antes se escaneó uno de los cerebros, pero para el otro era la primera vez. Además, hasta ahora las imágenes no se compararon con las interpretaciones modernas del área de Broca. Y ha sorprendido sus hallazgos. En ambos casos han visto que el área lesionada es mayor que el área de Broca. Dronkers considera que esto puede provocar malentendidos en el diagnóstico de personas con problemas de lenguaje, ya que los estudios clínicos pueden excluir el origen del problema si limitan el análisis a un único foco -el área de Broca-.
Dronkers y sus compañeros de trabajo quieren ahora probar nuevas técnicas de obtención de imágenes para investigar otras áreas del cerebro, con las que esperan ver algo que hasta ahora no han visto.