Se presenta un microscopio que permite estudiar tejidos vivos. A diferencia de la mayoría de las técnicas microscópicas restantes, con ellas no es necesaria la biopsia ni la teñido, y sirve también para el estudio de tejidos intrafóricos.
La técnica se basa en ultrasonidos. Mediante una sonda se emiten ultrasonidos y se visualiza en imágenes la respuesta de los tejidos a los ultrasonidos. Esto permite conocer las características mecánicas de los tejidos, permitiendo conocer más datos que conociendo sus características ópticas.
Los investigadores reconocen que no tiene una resolución a nivel molecular. La resolución máxima es de 0,1 micras, aproximadamente la centésima parte de la anchura de un glóbulo rojo.
Sin embargo, esta técnica tiene interesantes aplicaciones en cardiología. Se ha habilitado una cámara de ultrasonidos para entrar en la circulación sanguínea, con la que se puede comprobar si los vasos están en peligro de obstruirse. La técnica preparada para esta aplicación se denomina IVUS y ya se utiliza en varios hospitales.