Con motivo del 20 aniversario del primer uso de la palabra “microplástico”, un grupo de investigadores ha repasado lo aprendido durante estos años en un trabajo publicado en la revista Science. Y han sacado conclusiones claras: están muy extendidas en todos los entornos naturales y provocan un daño significativo en muchos niveles; la contaminación puede duplicarse para 20240; están presentes en alimentos y bebidas, en el cuerpo humano, y cada vez hay más evidencias de efectos negativos. En este sentido, han reivindicado la necesidad de abordar el tema y buscar soluciones para reducir al máximo las consecuencias.
Oihane Cabezas Basurko (AZTI) y Manu Soto López (PiE-UPV/EHU) dejaron claro que el problema es “terrible” y “grave” en el reportaje sobre la basura marina. “Hemos encontrado microplásticos en todos y cada uno de los puntos de Urdaibai”, decía Soto.
Estos pequeños trozos de plástico, una vez que se propagan, son casi imposibles de recoger o eliminar y se propagan fácilmente. Así, se han encontrado en todos los rincones del planeta, en más de 1.300 especies de animales, y en tejidos y órganos humanos como pulmones, hígados, riñones, sangre, órganos reproductivos, carnes, cerebro y corazón.
En este trabajo se han analizado cerca de 7.000 investigaciones que se han realizado a lo largo de estos veinte años, y los autores creen que las evidencias y el conocimiento acumulados durante estos años ponen de manifiesto la urgencia de buscar soluciones a este grave problema, para lo que serán necesarias acciones e iniciativas a nivel mundial.