Algunos microorganismos, como algunas bacterias, son capaces de moverse de forma autónoma. Los científicos han imitado este movimiento con varillas metálicas. Las varillas de oro y platino se han metido en una solución con un gradiente de concentración de agua oxigenada. Sólo el platino reacciona con el agua oxigenada, lo que hace que la varilla se mueva. Se ha observado que asciende en gradiente, es decir, se mueve hacia la zona de mayor concentración de agua oxigenada.