La microglia se encarga de cerrar el ciclo de vida de las neuronas en el cerebro

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Ed. UPV/EHU

La muerte de las neuronas no es un proceso que sólo se produce en el envejecimiento del cerebro. Muchas veces también mueren las neuronas recién nacidas, cuando perciben que hay neurona suficiente, que se suicidan mediante la apoptosis. Hace cien años, los científicos sabían que las células microglia pequeñas son las encargadas de fagocitar estas neuronas muertas y limpiar el cerebro, pero sospechaban que la fagocitosis no era una recogida pasiva de residuos. Que, al evitar el daño sobre las neuronas de la zona, podría tener otro trabajo importante. En esta ocasión, investigadores del Centro Vasco de Neurociencias, Achucarro, y de la UPV-EHU, han demostrado que el trabajo de la microglia es un proceso totalmente activo, y han descubierto que existe una especie de señal de comunicación entre la microglia y las células recién nacidas: el secretoma. Así, más allá de la recogida de neuronas muertas, han descubierto que la microglia se encarga de cerrar el ciclo de vida de las neuronas.

En este proceso, han visto que la microglia segrega el conjunto de moléculas del secretoma, lo que les da la orden de seguir fragmentando las células recién nacidas o separarlas como neuronas. Los investigadores creen que la microscopía actúa como un sensor de muerte: cuando detecta la muerte de numerosas células recién nacidas, la microsite indica al sistema de producción neuronal que se está produciendo en exceso y que tiene que parar la producción; por el contrario, cuando detecta que hay pocas muertes, le pide que se detenga en la medida en que el hipocampo puede aceptar más nuevas neuronas. Por tanto, la microglia fagocítica ayuda a frenar la creación de nuevas neuronas a través del secretoma, manteniendo el equilibrio entre vida y muerte.

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