Dos investigadores de la Universidad de Washington en Seattle descubren un tipo de microbio capaz de fijar nitrógeno a una temperatura de 92º C. El microbio habita alrededor de unas erupciones hidrotermales del océano Pacífico a 100 metros de profundidad.
El descubrimiento de fijadores de nitrógeno vivos en estas condiciones puede servir para aclarar cómo evolucionó la nitrogasa, es decir, las enzimas que el microbio hace capaces de fijar el nitrógeno. De hecho, es posible que las condiciones existentes en esta zona oceánica sean similares a las existentes en el medio en el momento de la aparición de la vida reciente.
Hay más de un punto de vista sobre la evolución de la nitrogasa. Una teoría sostiene que la enzima se formó una sola vez hace mucho tiempo y que desde entonces se ha mantenido. Otra teoría sostiene que esta enzima apareció más tarde, debido a la abundancia de amonios en la época de la vida reciente, y que para los microbios era más fácil tomar el nitrógeno necesario del amonio. El descubrimiento aboga por la primera teoría, pero todavía no se puede asegurar nada.