Los problemas que se les planteó en Oain hace seis años han sido deslumbrados por el astrónomo. Todos los que han acudido a un estudio detallado de Martitz han tenido que volver a casa con las manos vacías. La razón de la desesperación está en el ecuador de Marte. Allí descubren algo que absorbe la luz del radar. Por tanto, en Marte hay toda una región que huye del radar. ¿Cómo es posible?
En 1988 se inician los quebraderos de cabeza de los astrónomos. La señal de radar a Marte fue emitida desde California. Quedaron a la espera del Observatorio de Nuevo México para recoger y analizar el envío del radar. A pesar de que recibieron bellas imágenes del planeta, no aparecían restos de la región ecuatorial.
Bryan Butler, líder del Observatorio Astronómico de Nuevo México, ha permanecido durante los últimos seis años mirando a Marte, investigando qué es lo que hay en una región que no refleja la luz del radar. Parece que su esforzado trabajo ha dado sus frutos. La reciente Conferencia Astronómica Anual celebrada en Texas ha anunciado que la actividad volcánica podría influir en el extraño fenómeno que se produce en el ecuador de Marte. Según su tesis en el Congreso de Astronomía, el ecuador de Martitz es una extensa zona cubierta por piedras volcánicas.
Butler afirma que la capa fina formada por las cenizas puede absorber la luz del radar. Según explicó en Texas, los investigadores de Nuevo México han realizado numerosos intentos para confirmar esta tesis. Expuso, entre otros, los fenómenos que se producen en las Islas Galápagos, poniéndolos como ejemplo de lo que ocurre en Marte.