Los conos son caracoles carnívoros marinos que se alimentan de peces pequeños, lombrices y otros moluscos. Su aspecto y colorido son muy venenosos. El nombre de cono proviene de la apariencia de la concha y habita en mares tropicales y subtropicales.
En el Mediterráneo, por ejemplo, habita una especie de pequeño tamaño, el Conus mediterráneo, que no es venenosa.
El veneno de estos animales está formado por péptidos pneurotóxicos y tiene un efecto similar al curare. Las capturas se detectan por vibración y se inyecta veneno con el punzón, quedando las capturas totalmente paralizadas. A continuación se procede a la absorción de la trompa.
Su influencia en el ser humano depende de las especies. En el momento de la punción el dolor es pequeño, pero poco después se siente debilidad y lentitud de las funciones vitales. Por último, la muerte se ve frenada por el corazón y los pulmones.
Hasta el momento no se han encontrado antídotos y entre las especies de conos es peligroso el denominado cono geográfico, cuyo veneno es cinco veces más efectivo que el del cobre.