Los oceanógrafos llevan tiempo intentando conocer el ciclo del carbono en el fondo del mar, pero todavía faltan piezas para conocer todo el ciclo. Pues una de las piezas importantes que faltaban son las medusas, sobre todo las larbazeas.
Los larbazeos forman parte del zooplancton, por lo que son muy pequeños, pero pueden tener un metro de anchura si se tiene en cuenta la red que los rodea. De hecho, el larbazeo está rodeado de redes similares fabricadas con mucus, que se alimentan con nanoplancton filtrado en ellas. Cuando la red envejece, el larbazeo la tira y hace otra. Esta red lanzada cae al fondo del mar y arrastra a los que se encuentran en el camino.
En California, investigadores del acuario de la Bahía de Monterrey han medido la cantidad de sedimentos que estas redes llevan al fondo y parece que es igual al detritus, es decir, los restos de animales muertos. Esta cantidad debe tenerse en cuenta en el ciclo del carbono. Para la medición se han utilizado, entre otras cosas, grabaciones de fondo marino y, aunque es difícil, también han recogido granos de larvedo mediante un robot.