Aunque desde hace tiempo se sabe que el cannabis puede causar pérdidas de memoria, una investigación publicada en la revista Cell ha conseguido explicar el mecanismo de este proceso. Juan Mendizabal y Pedro Grandes, neurocientíficos de la UPV/EHU, han participado en la investigación junto de Francia, Canadá, China y Estados Unidos.
Tetrahidrocannabinola (THC) es el principal componente psicoactivo de la marihuana. Como cualquier otro medicamento, el THC actúa sobre determinados receptores de proteínas. En este caso, el THC actúa sobre los receptores CB1, es decir, sobre los astrocitos. Estos receptores al activarse en el hipocampo liberan glutamato, que tiene una función excitante en el sistema nervioso central. La cadena continúa. El glutamato liberado de astrocitos provoca la activación de receptores NMDA en las neuronas, con lo que otros receptores de glutamato, llamados AMPA, desaparecen de la superficie neuronal. Cuando la AMPA desaparece, la comunicación entre las neuronas del hipocampo se deprime y, por tanto, la memoria se altera.
Los neurocientíficos de la UPV han localizado el receptor CB1 en los astrocitos. La primera evidencia es el papel de los astrocitos, algunas células del sistema nervioso, en una función cognitiva como la memoria. De hecho, hasta ahora se asociaban principalmente a la función de soporte, nutrición y protección de las neuronas, es decir, se decía que tenían una función secundaria.
El experimento se ha realizado en el ratón. Se han utilizado ratones salvajes con proteína CB1 y ratones modificados genéticamente que no contienen dicha proteína. Han comprobado que en estos últimos el THC no afecta a la sinapsis neuronal, el hipocampo.
Estos resultados ponen de manifiesto que los receptores CB1 presentes en los astrocitos desempeñan un papel fundamental en el deterioro cognitivo causado por los cannabinoides. La pregunta es si la marihuana pone en marcha un mecanismo similar en el cerebro humano. Se podría esperar que sí, porque esta droga altera la memoria a corto plazo, tanto en humanos como en roedores.
Fuente: www.basqueresearch.com