En el homenaje más curioso de todos los tiempos, las cenizas de Gene Shoemaker, fallecidas en accidente de coche el pasado mes de julio, fueron introducidas en la nave espacial Lunar Prospector. Después de un año buscando agua, mineral y gas, el Prospector choca contra la Luna y desaparece.
"Esta acción es muy importante para nosotros", señaló la viuda de Gene, Carolyn Shoemaker. "De alguna manera nos permite recoger nuestros sentimientos. A partir de ahora sabremos que Gene está allí cada vez que miremos a la luna."
Tras introducir las cenizas en una cápsula de policarbonato, las han colocado en un rincón de la nave espacial, tras ser probadas en otros vuelos y almacenadas en un bolsillo de aluminio cerrado en vacío. La cápsula está cubierta por una lámina de latón en la que aparecen la imagen de Hale-Boop, el Cráter Meteoro de Arizona del Norte y un pasaje de Romeo y Julieta de Willian Shakespeare. La traducción del fragmento es la siguiente:
Carolyn Porco, ex estudiante de Shoemaker, preparó una carga especial con la colaboración de la familia Shoemaker y la NASA. "Como toda la comunidad científica que trabaja con los planetas sabe, el deseo de Gene fue siempre ir a la Luna como astronauta de Ápoles e investigar allí la geología del astro", dijo Porco.
Por motivos de salud, Shoemaker no pudo ser el primer geólogo que llegaba a la Luna. En su lugar, contribuyó a la elección de los astronautas de Apolo y a la formación que necesitaban, tanto de la geología de la Luna como de los cráteres de impacto. Después lideró el equipo de científicos del proyecto Clementine.
Esta acción ha propiciado un debate intercultural y ha denunciado que el pueblo de Navajo es un "ataque despiadado contra las convicciones de muchos americanos de origen" el envío de las cenizas de Shoemaker a la Luna. La NASA pide disculpas públicamente y promete que en caso de que suceda algo similar "se pedirá más opinión".