Advierten que los instrumentos destinados a buscar (y encontrar) secuelas de vida marciana pueden no tener la sensibilidad suficiente para detectarla. Para llegar a esta conclusión, investigadores del Centro Astrobiológico Español y del Autónomo Universidad de Chile han realizado pruebas en el desierto chileno de Atacama.
De hecho, una región del desierto de Atacama y el cráter marciano Jezero (que está explorando Perseverance en busca de huellas de vida) son muy similares geológicamente. Esta región se formó en condiciones ácidas entre los 160 y los 100 millones de años, donde se han encontrado biofirmas de micoorganismos desaparecidos y vivos mediante técnicas de laboratorio muy sensibles.
El cultivo de microorganismos y la secuenciación génica han demostrado que muchas secuencias de ADN proceden de un microbioma oscuro, inidentificable y ya desaparecido. Sin embargo, los instrumentos de laboratorio utilizados en Marte apenas fueron capaces de detectar la biofirma de este material genético debido a que su detonación estaba en el límite.
Los investigadores concluyen que si hubo seres vivos en Marte hace miles de millones de años, será muy difícil detectar su huella con sus instrumentos. Por lo tanto, consideran muy importante traer las muestras a la Tierra para su análisis. La investigación ha sido publicada en la revista Nature Communications.