Lemures en París

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Hasta hoy los físicos coincidieron en las consecuencias de la guerra nuclear: La temperatura de la Tierra disminuiría y tendríamos que sufrir el llamado invierno nuclear. La causa de todo esto serían las nubes generadas por las explosiones atómicas (que impedirían que la luz solar llegue a la superficie terrestre) por el polvo introducido en la atmósfera.

Varios físicos de la academia de ciencias de los EEUU proponen un nuevo panorama. Consideran que en principio podrían producirse un calentamiento instantáneo del planeta. En la atmósfera se inyectarían ingentes cantidades de vapor de agua y la capa de nubes resultante devolvería hacia la superficie las radiaciones infrarrojas (el calor) que la tierra refleja hacia el espacio.

Es decir, se produciría un fenómeno conocido como efecto invernadero. La duración del calentamiento dependería de la duración de las nubes.

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