Según un estudio publicado en la revista Nature, los genes capaces de digerir carbohidratos fueron fundamentales en la producción de los perros. Además, otros genes relacionados con el desarrollo y comportamiento del cerebro tienen gran importancia en la separación de ambas especies.
El estudio genético ha sido realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Uppsala. En concreto, se han secuenciado y comparado los ADN de 12 lobos y 60 perros de 14 razas de diferentes lugares del mundo. El resultado ha demostrado que 36 zonas (122 genes en total) son clave en la evolución de los perros.
De estas zonas que separan perros y lobos, 19 están relacionadas con el cerebro y explican por qué los perros son más amigables que los lobos. Otros ocho ayudan a digerir los carbohidratos. Por ejemplo, los genes de la enzima de la amilasa son mucho más abundantes en los perros que en los lobos, por lo que el metabolismo del perro está adaptado para consumir carbohidratos, a diferencia del del lobo.
Además, los investigadores han destacado que en nuestra especie se ha producido una evolución similar con la capacidad de digerir los carbohidratos, es decir, que a medida que han tenido formas de vida y dieta similares, los metabolismos de los perros y los humanos han evolucionado paralelamente.