En los grandes planetas de gas, la circulación atmosférica está controlada por las corrientes de los chorros de gas.
A finales de marzo de 2007 se produjo un chorro de este tipo en Júpiter, en el que un grupo internacional, coordinado por Agustín Sánchez-Lavega, profesor de la Universidad del País Vasco, realizó las imágenes más precisas de la historia.
Observaron el suceso con varios telescopios y obtuvieron imágenes en luz infrarroja y visible (en la imagen se puede ver un montaje realizado con dos tipos de imágenes). El chorro se formó tras dos tormentas brillantes y fue muy violento, calculando una velocidad de 600 kilómetros por hora.
Anteriormente, en 1975 y 1990, se observaron estos chorros de gas en otras dos ocasiones. Los científicos han comparado los tres fenómenos y han observado que los chorros son periódicos (ocurren cada 15-17 años), en todos los casos ha habido dos tormentas antes del chorro y en todos ellos la velocidad de los mismos.
No saben por qué tienen estas características ni de dónde sacan la energía necesaria para formar los chorros: La radiación que llega del Sol, si es una gran energía interna de Júpiter o si es una combinación de ambas. Existe un gran debate entre los meteorólogos planetarios y el resto de científicos.