Jean Baptiste Biot

Azkune Mendia, Iñaki

Elhuyar Fundazioa

Este físico francés se incorporó al mundo de París el 24 de abril de 1774. Tras sus estudios, en 1797 fue nombrado profesor de la escuela de Beauvais y en 1800, al amparo de Laplace, profesor de física del “Collège de France”.

En 1803 afirmó haber visto caer la materia del cielo y tuvo que convencer a los científicos de entonces de que había meteoritos.

En 1804, en un globo, él mismo y lleno de herramientas Gay-Lussac, estudiaron las capas altas de la atmósfera (entre 1,5 y 5 km). Midieron la composición de la atmósfera y vieron que el campo magnético terrestre varía muy poco en función de la altura.

En 1806 Biot y Arago viajaron a España para medir los meridianos. Se hicieron amigos y la amistad duró unos diez años hasta que Thomas Young resucitó la teoría ondulatoria de la luz. En un principio Arago y Biot apoyaron la antigua teoría puzzana. Biot también inventó un razonamiento matemático especial que gustaba a Laplace. Sin embargo, Aragón siguió el camino de la teoría de ondas y terminó la amistad entre dos amigos.

Biot se ocupó también de la velocidad de propagación del sonido en los sólidos, preparando para ello una teoría matemática en 1809.

En 1820, Biot, acompañado de Savart, midió el campo magnético que genera la corriente eléctrica a través de un conductor directo y dio a conocer su ley, tan importante en el electromagnetismo y conocida como ley Biot-Savart.

Otro de los grandes descubrimientos de Biot fue el de la luz polarizada. Se conocía el fenómeno de doble refracción y las características de los dos rayos de luz que salían del espacio islandés. Este fenómeno se podía explicar sobre la teoría de ondas de la luz, tal y como demostró Fresnel, pero a pesar de que Biot no la aceptó, obtuvo interesantes resultados en el campo de la luz polarizada. De hecho, en 1815, vio que las sustancias orgánicas (líquidos o en disolución, como las soluciones de azúcar) hacían girar la luz polarizada en el sentido de las agujas del reloj o en el contrario. También sugirió que esta desviación se debía a la asimetría interna de las moléculas.

También se encargó de las disoluciones de azúcares biot y sustancias orgánicas similares y de los sacarímetros.

Durante su larga vida explicó muchos fenómenos de la física y, aunque en algunas teorías estaba equivocada, tuvo muchos resultados exitosos.

Murió en París, su ciudad natal, el 3 de febrero de 1862.

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