Japón hace autocrítica del desastre de Fukushima

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

“Made in Japan”, con estas palabras ha definido Kiyoshi Kurokawa el desastre nuclear ocurrido el año pasado en Fukushima en el informe científico elaborado por expertos independientes por encargo del parlamento japonés. Kurokawa, líder del grupo de expertos, ha dado su mensaje al inicio del informe. Utiliza palabras duras, según las cuales “no fue un desastre natural, sino producido por el hombre”, y las razones hay que buscarlas en la “naturaleza japonesa”.
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Kiyoshi Kurokawa, líder del grupo de expertos NAIIC. - Ed. NAIIC

Kurokawa advierte de que el informe considera culpables tanto a personas concretas como a organizaciones, pero que no se trata de denunciarlas, sino de reflexionar y aprender lo ocurrido para que no vuelva a suceder.

Así, en las primeras líneas de conclusiones se exponen las personas que han sido declaradas responsables de la catástrofe: gobierno, instituciones reguladoras y compañía eléctrica Tepco. A continuación se recogen los errores y negligencias que se han producido antes, durante y después del terremoto y del tsunami: deficiencias en las medidas de seguridad; daños producidos por el terremoto; errores en la evaluación y decisión; fallos en la respuesta a la emergencia; fallos en la evacuación y después en los servicios de salud; incorrecciones y deficiencias en las normas y leyes...

Además, se han descartado soluciones “cosméticas”. Creen que no basta con cambiar los nombres de las instituciones y de determinadas personas, sino que toda la estructura social debe asumir su responsabilidad. Junto a ello, han condenado el desconocimiento y la orgullo encontrados entre las personas relacionadas con la energía nuclear.

De cara al futuro, se han formulado siete recomendaciones “basadas en las evidencias encontradas”. Tres consejos tienen que ver con los reglamentos y las seguridades de la energía nuclear, las centrales y sus trabajadores, el resto son más generales. En concreto, se ha recomendado modificar el sistema de gestión de emergencias, aumentar la responsabilidad del gobierno en materia de salud pública y crear un grupo de investigación independiente. Por último, se mencionan los criterios en los que debería basarse la entidad reguladora: independencia, transparencia, profesionalidad, solidez y capacidad de acción.

En estos momentos, 16 meses después de la catástrofe, sólo dos de los 50 reactores nucleares que tiene Japón están en marcha (iniciados en mayo para dar respuesta al aumento del consumo eléctrico en verano).

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