Rincón del lector

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

Pregunta: Iñaki Urkia Respuesta: Jabier Agirre

En los últimos tiempos, desde Estados Unidos (cómo no), el uso de complejos vitamínicos está cada vez más escuchando y extendiendo. Lo que a mí me gustaría saber es qué ventajas ofrece al cuerpo la ingesta o ingestión de vitaminas así como los posibles riesgos. En este sentido, ¿qué compuesto debería ser alguno de estos complejos, o qué complejos son más adecuados para cada edad o actividad?

Las vitaminas son sustancias orgánicas que se encuentran en los alimentos. Están en pequeñas cantidades y son imprescindibles para el buen desarrollo y funcionamiento del cuerpo. Por lo tanto, no se puede negar que son necesarias. Pero también está demostrado que una alimentación sana y equilibrada nos aporta suficientes vitaminas.

En cuanto a las vitaminas, se suelen clasificar en dos grupos principales: las vitaminas hidrosolubles (o que son soldables en agua), en las que se encuentran las vitaminas del grupo B y la vitamina C, y las vitaminas liposolubles (o solubles en grasas) y las vitaminas A, D, E y K. Esta clasificación tiene especial interés ya que el exceso de vitaminas hidrosolubles sin ningún problema, mientras el riñón elimina, las sobredosis de vitaminas liposolubles se acumulan en el organismo, dando lugar a las llamadas hipervitaminosis.

Respondiendo directamente a su pregunta, hay que decir que los complejos vitamínicos presentan circunstancias médicas especiales: recuperación tras una enfermedad infecciosa o alimentación carencial en determinados momentos de la vida (embarazo, lactancia o infancia). En estos casos y siempre siguiendo las indicaciones del médico, no hay problemas para consumir vitaminas. Pero en otros casos, las mejores vitaminas son sin duda las de la feria y no las de la farmacia.

Los complejos vitamínicos que habitualmente se recitan y ahorcan son muy diferentes según el caso. Existen compuestos exclusivamente de vitaminas, además de vitaminas minerales, y vitaminas asociadas a otros incentivos para mejorar el apetito y la recuperación corporal. Cuando los complejos vitamínicos se forman a base de vitaminas, normalmente las dosis varían de una a otra, pero en general se puede decir que se ajustan a las necesidades vitamínicas diarias.

Para terminar, adulterar la nueva "moda" que se ha extendido en los últimos años en torno a este problema (¿y quizás nos alegremos?) deberíamos hacerlo siempre porque alejarnos del centro y trasladarnos al extremo suele causar más perjuicios que beneficios. Y con esto se quiere decir que hacer deporte es algo bueno, pero toda la parafernalia (glucosa) y vitaminas, bebidas isotónicas, etc. que se ha creado al respecto. que el aspecto comercial es más que el relativo a la salud.

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