Al estar alineada con el polo norte geográfico de la Tierra, la estrella Polar se ha utilizado durante siglos como estable, como brújula. Para los astrónomos que estudian de cerca Polaris, sin embargo, no es una estrella tan estable: se resiente y se pierde en ciclos de cuatro días y, según la última investigación publicada, cada año pierde tanto gas como la masa de la Tierra, algo
menos de un millón de la masa de la estrella. Según ellos, la pérdida de gas de las estrellas es la mejor hipótesis para explicar por qué el ciclo de brillo se está ralentizando.
En un trabajo publicado en 2005 se dio a conocer la desaceleración. Analizando los datos desde 1844 hasta 2004, los astrónomos de la Universidad de Saint Mary de Halifax calcularon que el ciclo de destello se ha prolongado durante 4,5 segundos año a año y que, salvo excepciones, se ha producido un ritmo regular. Los
investigadores de la Universidad de Bonn han completado la investigación. Se han sumado a las anteriores las mediciones de 2004 a 2011, concluyendo que el cambio de periodo de la estrella polar no se corresponde con los actuales modelos de predicción de la evolución de las estrellas y que la hipótesis de pérdida de masa cumple el hueco entre la predicción del modelo y las medidas. El
responsable del equipo de investigación de Halifax, David Turner, no cree necesario proponer la pérdida de gas de la estrella para explicar la ralentización del periodo. La hipótesis de Turner es que la estrella es más joven de lo que se ha considerado hasta ahora y se encuentra en una fase más temprana de la evolución del ciclo de vida. En este caso no habría desviaciones respecto al modelo ni pérdidas de gas.