El ejército de los EE.UU ha arrojado durante este siglo numerosos residuos (sobre todo en la Guerra Fría) a las aguas del lago Holy del estuario escocés Clyde. Esto ha traído graves consecuencias, según ha afirmado el Ministerio de Defensa del Reino Unido, ya que el estuario Clyde es una de las costas más sucias del mundo.
Según datos de estudios medioambientales, la mayor concentración de metales pesados, PCB y otras sustancias tóxicas en las aguas del Reino Unido se da en las aguas del lago Holy. Este lago escocés fue utilizado por los estadounidenses para reparar submarinos nucleares entre 1961 y 1992. Desgraciadamente, 130.000 m2 de residuos nocivos fueron vertidos en aguas escocesas.
Los científicos han advertido que el sistema de limpieza de la contaminación que se ha puesto en marcha también es muy peligroso. Los residuos nucleares deberán ser tratados cuidadosamente durante la limpieza, lo que puede poner en grave peligro la salud de la población de la zona. Por tanto, la limpieza en lugar de solucionar los problemas puede empeorar.