Un estudio confirma la gran capacidad de adaptación de las especies Homo, especialmente de los Homo sapiens, a condiciones ambientales y paisajes muy diferentes. En su publicación en la revista Science se analiza la evolución durante todo el Pleistoceno.
Se ha analizado la influencia de la vegetación, el paisaje y los ecosistemas en las migraciones y adaptación de homininos, mediante simulaciones de biomas de hasta 3 millones de años y datos arqueológicos de seis especies de homininos. Así, han podido deducir cuáles eran las preferencias de cada especie.
El estudio muestra que los tempranos homininos africanos, H. habilis y H. ergaster, vivían principalmente en prados abiertos y secos como sabanas. H. erectus, al salir de África, se adaptó a condiciones mucho más amplias, como las selvas templadas. La tendencia hacia la adaptación a los diferentes biomas continúa en especies más recientes: H. erectus y H. neanderthalensis fueron capaces de adaptarse a hábitats más fríos. Pero H. sapiens fue capaz de ocupar las zonas más extremas, como los desiertos y la tundra.
Además, los resultados sugieren que las especies Homo buscaron activamente ambientes con una gran diversidad de hábitats, especialmente H. sapiens, con una gran capacidad de adaptación a estos medios.