Sin embargo, no hay un criterio consensuado para definir y diagnosticar esta alteración, por lo que “es difícil facilitar intervenciones adecuadas con las mujeres que sufren síntomas”, explica Aperribai. Así, en la tesis, primero ha tratado de definir la perturbación. Para ello se ha basado en la cuarta versión revisada del manual de diagnóstico y estadística de trastornos mentales de la Sociedad Estadounidense de Psiquiatría. Este manual define la mezcla disfórica premenstrual y propone criterios para su diagnóstico. Entre otras cosas, señala que los síntomas son tan graves como para causar un daño notorio en la sociedad o en el trabajo, y que se producen en la fase luteinica, es decir, durante la ovulación y la menstruación.
A partir de ahí, Aperribai ha elaborado un cuestionario que ha sido validado mediante entrevistas a mujeres que trabajan o estudian en los tres campus de la UPV. Con ello ha demostrado su fiabilidad. De hecho, se estima que entre el 3 y el 10% de la población sufre una confusión disfórica premenstrual, mientras que en el estudio realizado por Aperribai los positivos detectados han sido del 15%.
Según ha explicado el autor, esta diferencia es “normal, ya que se trata de un test de screening. Es decir, no es una herramienta de diagnóstico, sino un filtro para diferenciar a las mujeres que pueden tener confusión de las que no lo tienen”. En este sentido, Aperribai ha señalado su utilidad tanto en la investigación como en los centros médicos. “10 minutos o menos son suficientes para realizar el test y con ello se avanza mucho. Luego, en casos positivos, vienen pruebas de diagnóstico que pueden durar hasta dos meses”. Ha preparado el test en castellano y Aperribai ha anunciado que ahora se está traduciendo al euskera.