Las personas afectadas por el SIDA no consiguen eliminar el virus ni siquiera cuando la terapia antirretroviral permite que no queden restos de virus en la sangre. A esta conclusión han llegado los investigadores del instituto estadounidense NIAID, tras analizar a las personas que han estado en tratamiento anti-sida durante mucho tiempo.
Los tratamientos actuales son muy eficaces y permiten afirmar que el sida se ha convertido en una enfermedad crónica --al menos en los países desarrollados y entre quienes reciben asistencia sanitaria-. Sin embargo, según el estudio de NIAID, la medicina todavía no ha conseguido vencer por completo el virus. De hecho, a pesar de la desaparición de la sangre, el virus queda oculto en los tejidos intestinales y vuelve a infectar las células del sistema inmunológico. Por ello, el tratamiento debe ser para toda la vida, ya que es imposible curar completamente el sida.
Otra conclusión es que el virus del SIDA infecta el tejido intestinal al comienzo de la infección, por lo que cuanto antes sepan que uno está infectado, más probabilidades de que el virus llegue allí y pueda curarlo. En este sentido, se recomienda la realización de diagnósticos precoces.