Aunque se espera que el hidrógeno sea el combustible del futuro, por el momento es demasiado caro conseguirlo contaminando poco. Un catalizador de aleaciones de níquel puede ayudar a superar este obstáculo.
El 90% de níquel Raney y el resto de catalizador, un poco de aluminio y un poco de estaño, es capaz de extraer hidrógeno de la biomasa en agua caliente y tiene una eficacia similar a la de los catalizadores caros que contienen platino.
La investigación se ha llevado a cabo en la Universidad de Wisconsin y tras probar más de 300 catalizadores han descubierto esta aleación que canaliza eficazmente la reacción.