En comparación con personas sanas, los pacientes con trastornos alimentarios tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades óseas como la osteopenia o la osteoporosis.
Esto es debido a sus carencias nutricionales y al hipogonadismo. La Clínica Universitaria de Navarra ha realizado un estudio para medir la masa ósea de niñas y jóvenes con alteraciones de la alimentación. Este trabajo ha sido premiado con el Premio Amagoia de Pediatría.
Los investigadores también han tratado de descubrir los factores que pueden ser decisivos en el proceso de formación ósea. Para ello se han investigado las variantes de algunos genes. De hecho, los marcadores genéticos pueden ayudar a ver qué enfermos tienen mayor propensión a padecer estas carencias óseas.
Además, hay que tener en cuenta que los tratamientos actuales no resuelven completamente esta pérdida de masa ósea, por lo que desde el principio de la enfermedad hay que asegurar que se toma como mínimo suficiente calcio y vitamina D, dos componentes muy importantes para la formación de huesos.