Un paciente con parálisis facial recupera la capacidad de sonreír insertando dos partes de la pierna en la cara. La intervención ha tenido lugar en la Clínica Universitaria de Navarra. A ambos lados de la cara se ha inyectado al paciente una parte del músculo recto del interior del muslo y se han unido los nervios y vasos sanguíneos de estas partes. El paciente debe hacer una especie de movimiento de la mordaza para sonreír. Posteriormente, con la ayuda de la rehabilitación, el cerebro asumirá la nueva función del músculo introducido.