Los investigadores están probando los soportes necesarios para que las células humanas sobrevivan fuera del cuerpo, controlando su estructura, temperatura y medio químico para crear un entorno propicio para el crecimiento celular. Ahora, investigadores de la Universidad de California han conseguido que las células hepáticas vivan y funcionen en soportes de silicio.
Aunque las células cancerosas crecen fácilmente en las culturas, la supervivencia de las células normales es mucho más difícil. Sin embargo, en estos bioreactores de silicio, cada célula se coloca en una estructura adecuada más delgada que un pelo, y desde los poros introducen los productos químicos que necesita el alimento y la célula. Impermeable a virus y bacterias.
Aunque el objetivo de los investigadores es la obtención de hígado artificial, la primera aplicación de los bioreactores de silicio consistirá en probar la toxicidad de los medicamentos. Una de las funciones más importantes del hígado es la división de medicamentos y drogas para que puedan actuar o ser expulsados del cuerpo. Normalmente, el valor clínico de un medicamento se determina tras la observación del metabolismo hepático y, si se pueden realizar tests de toxicidad en el bioreactor, se puede evitar probar medicamentos en animales. Además, es posible probar interacciones entre medicamentos colocando en el bioreactor dos o más medicamentos a la vez.
Gracias a este logro se abren nuevas vías para combatir las enfermedades hepáticas y probar las drogas y la toxicidad de los medicamentos.