Antes se pensaba que cada gen aportaba una proteína (un gen, una proteína). Sin embargo, ahora, en diferentes investigaciones han demostrado que un mismo gen puede aportar más de una proteína. Una de estas investigaciones ha sido realizada en el MIT, Wang E.T. el investigador y sus equipos. Los genes han sido estudiados en profundidad en 15 tejidos humanos diferentes, y han visto que un mismo gen, sea de una célula de un tejido o de otro tejido, aporta proteínas de diferentes funciones.
La clave está en cómo se cose el gen. De hecho, hay muy pocos genes fabricados a partir de fragmentos lineales de ADN, la mayoría se producen mediante la unión de partes situadas en diferentes lugares del ADN, siendo el ARN mensajero el encargado de coser las partes. Este ARN mensajero se puede utilizar como plantilla de creación de proteína.
Ahora se ha demostrado que un mismo gen se puede llevar de diferentes maneras, por ejemplo, a veces se puede excluir parte de él. Este proceso se denomina asociación opcional, y cada forma de coser o asociar el gen da una determinada proteína.
Otros investigadores también han visto lo mismo. Para ello han utilizado la técnica ideada por la empresa biotecnológica Illumina, que consiste en transformar el ARN mensajero en ADN a través de una enzima, analizando su secuencia. Así, se han encontrado ejemplos de asociación opcional en seis tejidos, entre ellos el cerebro, el hígado y los pulmones.
Según los investigadores, este proceso se produce en el 94% de los seres humanos, mientras que en la lombriz C. elegans sólo ocurre en el 10% de los genes. Al parecer, esto explica por qué el ser humano es más complejo que el gusano, aunque ambos tienen un número similar de genes.