La terapia génica ha despertado muchas expectativas.
Sin embargo, todavía no se ha encontrado una forma sencilla y segura de introducir los genes que se quieren utilizar para la terapia en el ADN del paciente. La técnica más extendida consiste en el uso de virus como transportista para la inserción del gen en el ADN. Este método, sin embargo, no es del todo seguro, ya que inyectan el gen en cualquier lugar del ADN y puede provocar la activación de otros genes con efectos nocivos.
Ahora, en el Centro de Medicina de la Universidad Standford de Estados Unidos, han probado otra técnica de terapia génica. De hecho, han copiado la técnica que utilizan los virus de las bacterias (bacteriófagos). Los bacteriófagos fabrican una proteína para introducir su gen en un lugar concreto del cromosoma de la bacteria.
Esta proteína se llama integrasa y los investigadores han descubierto que en los seres humanos también existen estas proteínas. Además, una vez introducido en las células humanas, junto con el gen terapéutico, el gen que codifica la integrasa, han demostrado que ésta lo introduce en el ADN humano. También se han realizado pruebas con ratones y los resultados han sido satisfactorios. Ver qué da este nuevo camino.