Necesidad de ampliar el foco

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

Publicado en Berria el 21 de marzo de 2020

fokua-zabaltzeko-beharra
Personal del hospital Clinic preparándose para atender a pacientes con covid-19. Ed. Francisco Àvia/Hospital Clínic/CC-BY-SA
El estudio de las cifras de fallecidos, hospitalizados y contaminados que provocó el nuevo coronavirus en China concluyó que afectaba especialmente a las personas mayores. Esto propició que las medidas más exigentes se tomaran con el fin de protegerlas. Sin embargo, en Italia, por ejemplo, la letalidad —muerta respecto a los casos confirmados— es del 34% entre los 70-80 años y del 44% entre los 80-90. Situando el foco en los mayores, la incidencia del virus ha pasado desapercibida entre los más jóvenes. Ahora se han puesto de manifiesto sus conclusiones: En EE.UU., el centro de control y prevención de enfermedades CDC ha advertido que el 20% de los infectados de 20 a 44 años han tenido que ser hospitalizados, un 2-4% en unidades de cuidados intensivos. El resto de infectados han sido asintomáticos o, si han enfermado, han presentado síntomas leves o curables en casa. Y han contribuido a la propagación del virus, especialmente los asintomáticos. La mayoría de expertos reconoce que esto también ha ocurrido en Europa. Otro tanto está pasando con el sexo y el género. Una vez más revisados los datos de China, se puede observar que el nuevo coronavirus ha afectado más a los hombres que a las mujeres. Según los expertos, las causas de esta diferencia se asocian tanto al sexo como al género: por un lado, el sistema inmunitario hace más vulnerables a los hombres frente al nuevo coronavirus y, por otro, el tabaquismo en China es más frecuente entre los hombres. Sin embargo, un grupo de investigación internacional advierte en la revista médica The Lancet de que poner el foco en los hombres supone una distorsión de la realidad. Este grupo, denominado «Impacto de género y covid-19a», considera que es necesario analizar la incidencia del género en su conjunto, adoptando las medidas oportunas. De hecho, la mayoría del personal sanitario son mujeres (Hubein, por ejemplo, más del 90%). Por tanto, tienen un mayor riesgo de infección y transmisión del virus. Además, el hecho de que el cuidado de los residentes y la división del trabajo remunerado estén también diferenciados por género hace más vulnerables a las mujeres. Las consecuencias de las medidas que limitan los movimientos son también más serias en las mujeres, por lo que, según el equipo de expertos, para responder a la crisis es necesario incorporar la perspectiva de género. En Euskal Herria, el Movimiento Feminista ha creado una mesa técnica para abordar la crisis de cuidados agravada por el covid-19. Piden al Gobierno Vasco, al Gobierno de Navarra y al Colegio Vasco que se constituya una mesa de coordinación de la custodia. Además de los partidos políticos y sindicales, se ha señalado la necesidad de contar con la participación de agentes sociales: movimientos feministas, empleados de hogar y residencias, asociaciones de padres y madres y expertos en el ámbito del cuidado, la economía y la medicina. Sin embargo, ya era evidente que para hacer frente a la crisis es imprescindible poner el foco en las personas en lugar de en los números. Todavía estamos a tiempo de abrir el foco y responder mejor a la cuestión.
Babesleak
Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila