Los
estudios con ratones demuestran que el fentanilo ejerce la dependencia a través de dos mecanismos cerebrales, y que la suma de ambos hace que la dependencia o adicción sea tan grande. Uno de los mecanismos es el circuito del premio (refuerzo positivo) y el otro es el que busca evitar el síndrome de abstinencia (refuerzo negativo). Se han identificado las redes neuronales y receptoras que participan en estos mecanismos y se han publicado los resultados en abierto en la revista Nature.
Al igual que la heroína y la morfina, el fentanilo se une a los receptores opiodes y provoca la secreción de dopamina. Produce placer, analgesia y pérdida de conciencia. Si se sigue consumiendo provoca tolerancia (se necesitan mayores dosis para conseguir el mismo efecto) y síndrome de abstinencia. Su fuerte impacto provoca una fuerte adicción que se ha convertido en una grave crisis sanitaria, especialmente en Estados Unidos.
Para conocer mejor los mecanismos que provocan la adicción, los autores del artículo han realizado experimentos con los ratones. Así, primero les dieron fentanilo y vieron que el fentanilo actúa sobre la zona tegmental ventral del cerebro (VTA): desinhibe las neuronas de la dopamina y libera dopamina en el núcleo accumbens. Si se inactivan los receptores opioides de VTA, observaron que se interrumpe la emisión de dopamina y se anula el efecto positivo, pero que el síndrome de abstinencia no desaparece.
Así, en el siguiente paso, los investigadores identificaron las neuronas de los receptores opiodes activados en el síndrome de abstinencia en la zona central de la amígdala (CeA). La desactivación de estos receptores hizo desaparecer los síntomas del síndrome de abstinencia. Así han demostrado ser responsables del refuerzo negativo. Estos resultados han sido confirmados por optogenética.
Los investigadores esperan que la investigación abra el camino para investigar estos mecanismos también en humanos y sirva para reducir la adicción y facilitar la rehabilitación.