La simbiosis entre especies es un mercado, no un intercambio de favores entre amigos. Esto es lo que han deducido algunos biólogos estadounidenses tras analizar la relación entre la soja y varias bacterias.
La soja y otras muchas leguminosas producen simbiosis con bacterias que fijan el nitrógeno del aire. La bacteria proporciona a la planta moléculas nitrogenadas a cambio de oxígeno y ciertos alimentos.
Sin embargo, esta es una relación estricta, ya que si las bacterias no suministran nitrógeno suficiente a la planta, ésta no devuelve oxígeno a cambio. Para demostrarlo, los biólogos los han criado en una atmósfera sin nitrógeno. Las bacterias no tenían nitrógeno disponible, por lo que no podían ofrecer nada a la soja. En consecuencia, hasta la zona donde estaban las bacterias no llegaba oxígeno.