En el artículo se explica que los europeos actuales somos descendientes de migrantes de Oriente Próximo y de cazadores recolectores europeos. Pero la participación de estas dos antiguas poblaciones no era suficiente para explicar por qué tenemos también las características genéticas que nos emparentan con las americanas de origen. Con el fin de completar este vacío, se ha realizado el estudio que ahora presentan.
Así, se han descodificado los genomas de un campesino alemán de 7.000 años y de ocho cazadores-recolectores de 8.000 años de Luxemburgo y Suecia, junto con otros genomas antiguos ya descodificados que han sido contrastados con los de los 2.345 europeos actuales. Estos europeos actuales pertenecen a 203 poblaciones entre las que se encuentran los vascos (Basque), separados de los del norte de España (Spanish_North) y de los de Francia (French_South).
Además, se han incluido en el estudio otras poblaciones fuera de Europa. La conclusión final es que la mayoría de los antepasados europeos pertenecían a tres grupos: Cazadores-recolectores de Europa occidental, Eurasiáticos Norte (relacionados con los siberianos del Paleolítico Superior) y Primeros Agricultores de Europa (antiguos descendientes de cazadores-recolectores de Oriente Próximo y Europa occidental).
También se ha analizado la aportación genética de cada grupo a los demás. Parece que los cazadores-recolectores de Europa occidental actuaron genéticamente en todos los demás grupos, excepto en los de Oriente Próximo. Los norteamericanos influyeron en todos, incluso en Oriente Próximo. Y por último, los primeros campesinos eran sobre todo descendientes de los más cercanos del Oriente, pero también fueron influenciados por los cazadores-recolectores de Europa occidental.
Así, los investigadores han conseguido el árbol genealógico más completo de todos los europeos. Sin embargo, han reconocido que han quedado un par de cuestiones para aclarar, por un lado, cuándo y dónde se mezclaron los campesinos de Oriente Próximo con los cazadores recolectores de Europa occidental y, por otro, cuándo los antiguos norteamericanos euroasiáticos se convirtieron en antepasados de los europeos. Para finalizar, se ha señalado que para un mejor conocimiento del genoma europeo sería conveniente profundizar en el estudio del genoma antiguo de Oriente Próximo.