Investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva han presentado el análisis genético del matrimonial de un hombre de hace 40.000 años. Se trata de un fósil de Pe0.000 tera cu Oas en Rumania, cueva con huesos en rumano, cuyo ADN contiene la mayor proporción del genoma neandertal que se ha encontrado en un Homo sapiens: Entre 6,0 y 9,4%. Así, los investigadores concluyen que su último antepasado neandertal era sólo de 4 a 6 generaciones: 200 años como máximo.
El crono Oase 1 se llama así, el descubierto en Europa es uno de los fósiles más antiguos del Homo sapiens. Tiene entre 37.000 y 42.000 años de edad, datada directamente por el Carbono-14, y aunque morfológicamente moderna, también presenta características acordes con su origen neandertal. Ahora, los análisis genéticos realizados por el grupo de Svante Päääbo han demostrado que el neandertal era en mayor proporción que cualquier otro Homo sapiens.
En la actualidad, todas las poblaciones humanas distintas de las subsaharianas conservan el genoma de origen neandertal, entre el 1 y el 3%. Esto significa que en el pasado neandertales y nuestros antepasados se hibridaron al salir de África y poblar Eurasia. Mediante estudios genéticos, los antropólogos han calculado el momento en el que se produjo el cruce, que se situó en un principio entre los 37.000-86.000 años atrás y que recientemente ha sido más limitado por los otros dos fósiles encontrados en Siberia occidental y Rusia oriental, en un período de entre 50.000 y 60.000 años. Asimismo, según los descubrimientos realizados hasta el momento, se pudo producir en el corredor de África a Eurasia, en pequeña proporción y en un periodo limitado.
Sin embargo, el fósil Oase 1 sitúa la hibridación en Europa, hace unos 40.000 años, es decir, mucho más tarde de lo que se pensaba. También, porque el estudio genético sugiere que el fósil Oase 1 tiene una aportación neandertal que parece más antigua, es decir, el individuo era el sucesor de una línea de Homo sapiens hibridada anteriormente con los neandertales.
Para llevar a cabo el análisis, los investigadores del Instituto Max Planck han extraído y analizado dos muestras de mandíbula de 25 y 10 mg respectivamente. Se han analizado el ADN nuclear y mitocondrial y se han utilizado los datos de otros tantos, tanto humanos actuales como fósiles humanos. Finalmente, para calcular el número de generaciones anteriores en las que se produjo la hibridación, se ha medido la longitud de los fragmentos de secuencia de origen neandertal. Cuanto más largos sean los fragmentos, significa que menos veces se ha producido la recombinación del ADN, por lo que han pasado pocas generaciones entre el individuo que hizo su aportación genética y el que está investigando. En este caso, las partes son tan largas que los antropólogos han calculado una diferencia entre cuatro y seis generaciones entre el antepasado neandertal más antiguo y el Oase 1 Homo sapiens.
En cuanto a otros parentescos, concluyen que tiene una relación más estrecha con los actuales habitantes de Asia oriental y de origen americano que con los europeos actuales. En la misma cueva se descubrió también el fósil de un cráneo humano en excavaciones posteriores, Oase 2, y en el artículo de la Naturaleza se ha mencionado que “también tiene la característica morfológica de haber sido hibridado con neandertales y que podría ser de la misma época”. A medida que aumenten los estudios genéticos de más individuos, iremos conociendo más claramente el complejo poblamiento de Eurasia.