Huella magnética de la Vía Láctea
Este es el aspecto del campo magnético de la Vía Láctea a los ojos del satélite Planck de la ESA. La ESA ha publicado hoy la imagen bajo el título “Huella magnética de nuestra galaxia” y, aunque se le parezca fácilmente una huella dactilar, los remolinos, espirales y arcos de la imagen muestran algo más: lo que se ve es la estructura del campo magnético de nuestra galaxia.
Para completar la imagen, el satélite Planck ha medido la luz polarizada emitida por el polvo interestelar de la Vía Láctea (es la primera vez que se realiza una observación de este tipo para todo el cielo) y ha representado el campo magnético de la galaxia mediante una técnica denominada LIC.
En las zonas más oscuras la emisión polarizada es más fuerte, mientras que los estriados indican la dirección del campo magnético (proyectada respecto al plano del cielo). Finalmente, la banda horizontal oscura que va de lado a lado corresponde al plano de la galaxia. Aquí la polarización tiene un patrón muy regular, ya que las líneas del campo magnético son principalmente paralelas al plano de la Vía Láctea.
Midiendo las características de la luz polarizada emitida por el polvo interestelar, los astrónomos pueden investigar el fenómeno que ha dado lugar a esta polarización: en concreto, pueden conocer la existencia de campos magnéticos en el entorno que ha atravesado la luz y sus propiedades.
En este caso, la ESA ha completado el mapa para la Vía Láctea, pero en realidad no es éste el objetivo principal de la misión Planck. La ESA lanzó el satélite Planck para encontrar pruebas de las ondas gravitatorias posteriores al Big Bang, es decir, para detectar las huellas de estas ondas gravitatorias en la radiación microondas de fondo: Polarizaciones tipo B. De hecho, los astrónomos del BICEP2 detectaron por primera vez estas pistas el pasado mes de marzo y los astrofísicos esperan los resultados de Planck para confirmar su descubrimiento.
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