Escorpiones y cataratas

Durante el estudio de los escorpiones que brillan en la oscuridad, David Van Vranken, de la Universidad de California, realizó un interesante descubrimiento. Una proteína contenida en la piel de estos escorpiones se oxida y se retiene dando a la piel la dureza necesaria para su protección. Al formar la red, los niveles de energía que tienen los electrones externos de la proteína para moverse aumentan, lo que permite absorber la luz ultravioleta.

Esta energía absorbida es emitida como luz visible y de ahí la capacidad de parpadear en la oscuridad.

Los escorpiones rayados (Centruroides vittatus) irradiados con rayos ultravioleta emiten una luz azul de longitud de onda de 450 nm. David Van Vranken logró extraer el compuesto que hace posible esta emisión de la superficie del escorpión y descubrió que era un beta-carbolino, el mismo que se produce cuando las proteínas de los ojos humanos se enrejan y se forman las cataratas.

La formación de las cataratas es un proceso lento y complejo que genera grandes dificultades para la investigación, pero el proceso de penetración superficial de los escorpiones es mucho más rápido.

El análisis de este proceso puede ayudar a los investigadores a comprender la formación de cataratas.

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