No es fácil tratar la esquizofrenia. No obstante, la detección en las fases iniciales y el correcto tratamiento permite frenar el proceso degenerativo de la enfermedad.
Un grupo de investigadores israelíes ha publicado que el marcador genético D3 (receptor de dopamina) puede ser utilizado como señal de esquizofrenia. Si esto fuera así, un estudio de la sangre sería suficiente para diagnosticar la esquizofrenia.
De hecho, han descubierto que entre los esquizofrénicos el nivel de D3 es mayor. El resultado de este estudio puede ser muy importante, sobre todo teniendo en cuenta que un porcentaje de la población mundial está afectada por esta enfermedad.