Científicos británicos descubren el primer conductor no metálico. Este conductor conduce a lo largo de dos dimensiones a la temperatura ambiente del abosluto cero. Este tipo de metal molecular puede abaratar considerablemente el coste de los componentes magnéticos y eléctricos de los ordenadores.
Los metales moleculares que se han preparado hasta el momento sólo llevan electricidad en una dirección. Las moléculas de estos materiales se acumulan en hileras muy bien ordenadas. Cada molécula tiene un sistema de electrones débilmente unidos. Cuando las moléculas se acumulan, los electrones se superponen en la dirección del apilamiento. Esta es la causa de la conductividad de las moléculas mencionadas. Se crea así una estructura similar a los metales. La diferencia estructural entre metales y metales moleculares es que en estos últimos la estructura metálica sólo está en una dirección.
Cuando estos materiales se enfrían (entre -170/-25°C) pierden su conductividad. La causa es el deterioro de la estructura electrónica por inestabilidad y distorsiones en la red cristalina acumulada a bajas temperaturas.
Si hubiera interacciones electrónicas adicionales entre filas, pasarían dos cosas. En primer lugar, la estructura electrónica del material se extendería a dos dimensiones. En segundo lugar, la estructura cristalina sería más resistente a las distorsiones por bajas temperaturas.
Esto es lo que ha conseguido un grupo de científicos galeses dirigido por Allan Underhill en la síntesis de un complejo organometálico del paladio. Las moléculas de este complejo se acumulan en dos direcciones. Sin embargo, este material es transportado a baja temperatura bajo alta presión (12.000 atm.) debe estar.
La baja presión provoca pequeñas reorganizaciones moleculares y se crean agujeros energéticos que deterioran la conductividad de la estructura electrónica. Las altas presiones descartan estas reorganizaciones.