En contra de lo que se creía, estimaciones recientes han concluido que la intensidad máxima que puede alcanzar un campo magnético es de 1042 gauss. Antes de estos cálculos se admitía que un campo magnético podía alcanzar intensidades de hasta 1051 G.
Para localizar la unidad de gauss, hay que tener en cuenta que la intensidad del campo magnético terrestre no llega a un gauss. Algunos objetos cósmicos, como agujeros negros, enanos blancos o neutrones estrellados, presentan campos magnéticos de 1017 G. A partir de ahí, es difícil de decir.
Dos físicos teóricos rusos han conseguido tirar de la ecuación de Bethe-Salpeter el nuevo límite. Para ello, han representado el átomo de Positronium, formado por un electrón y un positrón, en un campo magnético de gran intensidad. A medida que aumenta la intensidad del campo, se han dado cuenta de que a partir del límite de 1042 G, la fuerza de atracción entre el electrón y el positrón es tan grande que el propio átomo de Positronium se colapsa. Es decir, a partir de ese límite, el Positronium se vuelve vacío.