El profesor Gregory Ryskin de la Universidad de Northwestern de Illinois ha propuesto que las aguas oceánicas son responsables de los cambios que sufre el campo magnético de la Tierra en periodos de unos cien años.
Entre los cambios en el campo magnético de la Tierra, el más conocido es la inversión que se produce cada mil años. Sin embargo, periódicamente se producen pequeños cambios a tener en cuenta a la hora de navegar o modelizar la atmósfera.
La mayoría de los geofísicos consideran que, al igual que los grandes cambios, el hierro fundido en el núcleo de la Tierra produce pequeños cambios periódicos. Según el científico Illinois, las corrientes eléctricas que forman las sales disueltas en el agua de los océanos son las causantes. Según él, estas corrientes eléctricas son relativamente grandes para crear un campo magnético secundario y provocar pequeñas variaciones en el campo magnético principal.