Hasta la fecha, los materiales más utilizados en células fotovoltaicas han sido el silicio y, más recientemente, el arseniuro de galio. Sin embargo, la Organización Nacional de Inspección de Estados Unidos (NRO) promoverá un ensayo que sustituya estos materiales por diamante policristalino. Esta organización, que controla los satélites espías de EE.UU., pretende conseguir las células más potentes para suministrar energía eléctrica a estos satélites.
Aunque todavía es una teoría pura, parece que las células de diamante policristalino van a tener varias ventajas. Por un lado, pueden soportar niveles de radiación y temperaturas elevadas. La eficiencia energética se sitúa en torno al 50% (en el caso del silicio entre el 10% y el 15%).
Además, este nuevo material no será más caro que los anteriores, ya que para la fabricación de las células no se utilizará el diamante natural. En su lugar, se utilizarán películas delgadas formadas por millones de cristales microscópicos de diamante que pueden obtenerse del metano, principal componente del gas natural.