Influencia del covid-19 en el colectivo LGTBIQ
Publicado en Berria el 10 de mayo de 2020
Cuando comenzó el confinamiento, las asociaciones que se ocupan de los derechos de la diversidad sexual alertaron sobre el riesgo de que en las personas que viven fuera de la heterosis el covid-19 pudiera tener consecuencias negativas. Señalaron que en todos los hogares no se admite la diversidad sexual y que más de uno ha tenido que negar o ocultar su carácter al quedar confinado con los demás.
Ya están en marcha estudios para medir el impacto del confinamiento en el colectivo LGTBIQ. A pesar de que todavía no hay resultados, prevén que tendrá efectos negativos tanto económica como socialmente, como ocurre en otras minorías.
Desde el punto de vista sanitario, otras variables hacen más vulnerable este grupo de población. En primer lugar, tienen una menor propensión al acceso a los servicios de salud que el resto, y en segundo lugar, se desplazan más tarde que el resto. Normalmente se debe a que han vivido experiencias anteriores malas, de forma que, si no es absolutamente necesario, evitan que se solicite asistencia al sistema sanitario. Esto supone una demora en el diagnóstico y tratamiento.
También influyen los hábitos de consumo. Por ejemplo, han visto que la evolución de los fumadores que enferman de covid-19 es peor que la de los no fumadores. Pues bien, según un estudio realizado en EEUU en 2018, el porcentaje de personas fumadoras entre gays, lesbianas, transexuales, transgénero y bisexuales es 10 puntos superior al de la población general (37% y 27% respectivamente). En Europa, además del tabaco, el consumo de otras sustancias adictivas está más extendido entre las personas LGTBIQ.
Además, la presencia de otras enfermedades aumenta la gravedad del covid-19, lo que dificulta aún más el confinamiento. Por ejemplo, según la revista sanitaria Gaceta sanitaria, en las mujeres lesbianas y bisexuales son más frecuentes la obesidad, la osteoporosis y los cánceres de mama y cuello de útero. En los hombres gays y bisexuales destacan las infecciones de transmisión sexual y los cánceres de ano, colon y próstata, así como las alteraciones alimenticias. Por último, en las transacciones, además de las variables físicas relacionadas con la transición (tratamientos hormonales e intervenciones), la revista hace referencia al riesgo de suicidio.
En general, en muchos estudios se manifiesta una mayor propensión a padecer depresión y ansiedad en este colectivo. Las variables tanto físicas como psíquicas empeoran con la edad y también las sociales. Muchas personas mayores gays, lesbianas, bisexuales y trans viven solas y marginadas, por lo que el confinamiento es especialmente duro para ellas. En caso de infección, además, el pronóstico es aún peor que el de otras personas mayores, debido a las variables sanitarias mencionadas anteriormente.
En los datos públicos (contaminados, ingresados y muertos) que suministran los organismos oficiales afectados por el covid-19, muchas veces no se encuentran desagregados por sexo, y mucho menos por identidad. Por tanto, será difícil disponer de datos reales de impacto. Que las advertencias de las asociaciones sirvan para prestar atención y tomar medidas encaminadas a paliar los efectos nocivos que pueden sufrir las personas del colectivo LGTBIQ.
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