Investigadores de las universidades estadounidenses Bard College, Weizmann Institute of Science y Yale School of Forestry and Environmental Studies han analizado el impacto ambiental de la producción de proteínas de origen animal y han dado a conocer sus resultados en la revista Proceedings of the National Academy of Science. El trabajo ha sido dirigido por el profesor Gidon Eshel, de la Bard College de Nueva York, y ha afirmado que las conclusiones serían similares en Europa, China e India, países con un modelo de producción similar.
En comparación con la producción de pequeños animales de caserío, la producción de vacuno utiliza 28 veces más suelo, destruyendo más espacios naturales; el consumo de agua potable es 11 veces mayor que en el resto de producciones; emite 5 veces más metano de efecto invernadero y utiliza 6 veces más fertilizantes de nitrógeno.
Los investigadores han aclarado que para producir un kilo de proteínas, los animales que crecen lentamente necesitan más alimentos, más tierra y agua que los animales pequeños que crecen rápido, lo que provoca mayores impactos ambientales en la producción de animales de crecimiento lento.
“Reducir el consumo de vacuno y consumir otros alimentos es la mejor manera de reducir los impactos ambientales”, señaló el profesor Gidon Eshel. En cualquier caso, el investigador reconoce que la investigación ha tenido en cuenta la economía de los Estados Unidos y que los datos varían en los territorios con otro modelo productivo. “Nuestros datos ofrecen a las autoridades un método para calcular los efectos ambientales de las políticas alimentarias y a la ciudadanía una herramienta para la toma de decisiones que de forma colectiva incidan en el mercado”, ha afirmado la investigadora.