En una subasta del año 1994, dos amantes de la música compraron unos pelos de Beethoven, al morir el maestro, a quien algunos le quitaron la cabeza de los pelos. Los amantes de la música, sin embargo, dejaron los pelos en manos de los investigadores, convencidos de que el maestro sabe qué remedio utilizó para curar sus males.
Tras la realización de los análisis se ha podido comprobar que la ingesta de plomo o mercurio era posible. El mercurio se tomaba para curar la sífilis y a veces se ha pensado que Beethoven tenía esa enfermedad. Sin embargo, no cogía morfina para aliviar los dolores y tampoco tenía piojos en la cabeza.