Además de los azúcares de las hojas, las hormigas cortantes obtienen el nitrógeno necesario para sintetizar proteínas y demás componentes nitrogenados en las "huertas microorganismos" que contienen en sus guardas. Un grupo de biólogos de la Universidad de Wisconsin ha descubierto que en estos viveros de bacterias y hongos que hacen las hojas comestibles para hormigas hay dos géneros de bacterias que fijan el nitrógeno atmosférico.
Las hormigas cortantes de hoja no tendrían la forma de alimentarse de las hojas que cortan si no dispusieran de estas huertas especiales en las guaridas. De hecho, los microorganismos de estas huertas, especialmente los hongos, procesan las hojas que llevan las hormigas y las dejan digeridas, dando forma a una pasta blanca. También hay bacterias que producen antibióticos para proteger hongos e hormigas a cambio de alimentos.
Las hojas, sin embargo, son muy pobres en nitrógeno. Los investigadores de Wisconsin han descubierto que en estas fértiles huertas existen también bacterias fijadoras de nitrógeno que permiten que las hormigas consigan este elemento imprescindible. Como dijo un investigador que ha participado en el estudio a la revista Science, "estas huertas de las hormigas son verdaderos sistemas digestivos".