Algunos con alegría y otros con temor e inquietud, hemos podido leer hace unos meses que en Urbasa en Navarra y en la parte gipuzkoana de Aralar han aparecido varios lobos y han matado numerosas ovejas.
Alegremente, la reaparición entre nosotros de esta emblemática especie de mamíferos que se ha dado por desaparecida en nuestros montes, porque la brutal transformación que ha sufrido nuestro entorno en los últimos años ha dejado de aislarse del todo y demuestra que está recuperando un cierto equilibrio ecológico, lo que abre una pequeña ventana a la esperanza.
El miedo y la preocupación han llegado de los pastores y responsables políticos y técnicos de estas sierras. El de los pastores es comprensible, ya que sólo durante siglos se han enfrentado a este poderoso carnívoro defendiendo sus rebaños y, en definitiva, su apoyo económico. Desde que desapareció el lobo, la vida de los pastores ha mejorado notablemente en nuestras montañas, liberan sus rebaños con total tranquilidad y no tienen que preocuparse por ellos durante las noches.
El caso de los demás es menos comprensible. La presencia del lobo en peligro de extinción en Europa (Canis lupus) en los montes de Euskal Herria, que además de ser un indicador de una Naturaleza sana, supone un tesoro en nuestro patrimonio ecológico. Nuestros responsables políticos y los técnicos a sus órdenes no tienen la misma opinión al parecer, tan pronto como han sabido que los agresores de las ovejas de Urbasa y Aralar han sido los lobos, ya que han tomado medidas para acabar con ellos. Por si fuera poco, a pesar de que en los últimos años la presencia del lobo en Carranza y Álava Occidental es constante, en la recientemente publicada Comunidad Autónoma del País Vasco no aparece el lobo, lo que pone de manifiesto la actitud de la administración hacia el lobo.
Es inaceptable que cuando en algunos lugares de la Península Ibérica y de Europa se están gastando grandes cantidades de dinero para la protección y recuperación de esta especie, en Euskal Herria, tan sólo se oiga a matar en un par de ejemplares.
¿Cuánto dinero supondrá a la administración pagar los daños que causarán los lobos en Euskal Herria? ¿No se pueden adoptar medidas de este tipo si el dinero gastado por este concepto en la Comunidad Autónoma de Asturias, con poblaciones sólidas y estables de lobos, no ha pasado de 40 millones?
Además, hay que dejar claro que es muy difícil consolidar poblaciones estables de lobos en los montes de Euskal Herria, ya que además de estar socialmente apropiadas, son demasiado pequeñas para un animal capaz de recorrer 80 kilómetros por una noche. Por lo tanto, podríamos decir que la presencia del lobo en Euskal Herria se limitará a una serie de lobos jóvenes. Desgraciadamente, estos jóvenes son los que más perjudican a los rebaños, ya que los adultos tratan de evitar al hombre y todo lo relacionado con él.
Teniendo en cuenta todo esto, ha llegado el momento de tomar decisiones sólidas y razonables:
Quizás ha llegado el momento de retirar de nuestras bibliotecas cuentos como Txanogorritxu.