Se sabe que la superficie oculta de la Luna es más suave que la vista desde la Tierra. Hace unos años se afirmó que en esta zona la superficie es más gruesa que en la otra, por lo que no se produjo el proceso de formación de los mares. De hecho, el llenado de lava de los cráteres por impactos provocó la aparición de los mares en la zona visible desde la Tierra, mientras que en la parte oculta, al ser más gruesa la superficie, no se produjo. Sin embargo, les quedaba una pregunta para contestar: ¿por qué es más gruesa la cara oculta? Ahora han publicado un artículo en la revista Earth and Planetary Astrophysics.
Los autores del artículo son los astrónomos de la Universidad del Estado de Penn. Según ellos, la clave está en el calor que emitía la Tierra. De hecho, tras la colisión que provocó la Tierra y la Luna, se ha calculado que la temperatura en la superficie terrestre había alcanzado los 8.000 K y que tardó mil años en enfriarse hasta los 2.500 K. Mientras, la Luna estaba cerca de la Tierra y ya tenía un lado mirando a ella. Por lo tanto, esta diferencia se calentó más que la otra.
Los astrónomos creen que esta diferencia de temperatura tuvo una gran influencia en la formación de la superficie lunar: La Luna, al ser menor que la Tierra, se enfrió mucho antes, especialmente en la parte oculta. Y eso fue lo que hizo que esa diferencia se solidifique más rápido.
Además, la Tierra también influiría en la distribución de los materiales superficiales de la Luna, ya que algunas sustancias se condensarían antes en la parte oculta. Así, los astrónomos han sugerido que la parte oculta será rica en óxido de calcio y trióxido de dialuminio. Sin embargo, todavía no se ha recibido ninguna muestra oculta, por lo que el siguiente paso será confirmar esto.