Mercedes y BMW alemanes comienzan a instalar filtros de gas en los circuitos de ventilación y aire acondicionado de sus grandes automóviles. Estos filtros los fabrica la casa 3M y están destinados principalmente al filtrado de ozono, óxido de azufre y óxidos de nitrógeno que se forman a partir de la combustión de hidrocarburos.
Sabemos que la exposición prolongada a la inhalación de estos gases es perjudicial para la salud y aumenta la contaminación en las carreteras. En los análisis realizados se ha observado que en el interior de los automóviles existe entre dos y tres veces más contaminación que en el exterior, ya que el sistema de ventilación concentra los gases dentro del automóvil.
Los filtros de gases también sirven para eliminar al mismo tiempo los malos olores del recorrido dentro del automóvil. Para ello utilizan carbón activo. La casa 3M también propone un filtro de partículas llamado Filtrete. En él, junto con el carbón activo, se encuentra otro material compuesto por unas fibras que se cargan eléctricamente durante su fabricación. La sección rectangular de las fibras y la carga electrostática establecen una barrera para evitar la entrada de partículas finas (finas partículas de hollín, metal, amianto, caucho, polen, etc.) al interior del vehículo mediante el sistema de ventilación. La eficacia de esta barrera es del 80% cuando las partículas son de 0,5 micras y del 100% cuando son de 5 micras o mayores.
El filtro de gases debe modificarse a 10 mil o 15 mil kilómetros de distancia del vehículo en función de la contaminación ambiental y por cada pieza de sustitución 3.750 pesetas. Válido (150 libras).